El rincón de tu casa que tu perro jamás debería pisar, según un experto
Existen varias razones por las que los perros no deberían dormir con sus dueños
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La relación entre los seres humanos y sus mascotas ha evolucionado de manera significativa a lo largo de los años. Hoy en día, los perros son un miembro más de la familia, y eso se refleja en la forma en que los tratamos, los cuidamos y, a menudo, en las comodidades que les proporcionamos en casa. Sin embargo, a pesar de la cercanía y el amor que sentimos por ellos, hay ciertas normas de convivencia que se deben seguir para mantener un ambiente armonioso y saludable en el hogar, y una de esas normas podría ser evitar que el perro se suba a la cama.
Aunque en muchos hogares es común que los perros duerman con sus dueños, existen razones de peso para reconsiderar este hábito. Desde un punto de vista higiénico, de salud y de comportamiento, los expertos sugieren que hay espacios dentro de la casa donde el perro no debería estar, y uno de esos lugares es la cama de sus dueños. Aunque cada hogar es diferente y cada perro tiene su propia personalidad, el consenso general en el ámbito del comportamiento canino es que la cama debe ser un espacio exclusivo para los humanos.
¿Por qué el perro no debería subirse a la cama?
En primer lugar, tal y como señalan los expertos, la higiene es un problema importante. Aunque los perros puedan parecer limpios, están llenos de gérmenes, suciedad y bacterias de los lugares donde caminan, como parques o calles.
Al permitir que tu perro suba a la cama, estas partículas se transferirán al espacio donde duermes, lo que podría aumentar el riesgo de infecciones o alergias, especialmente si tienes un sistema inmunológico más sensible. Además, los perros pueden llevar parásitos como pulgas y garrapatas que se pueden trasladar al hogar y afectar a todos los miembros de la familia.
Desde el punto de vista del comportamiento, también existen varios inconvenientes. Los perros necesitan una estructura jerárquica clara en la familia para su bienestar y una convivencia armoniosa. Cuando un perro puede subirse siempre que quiera a la cama de sus dueños, puede comenzar a ver ese espacio como parte de su territorio, lo que puede dar lugar a problemas de territorialidad.
Esto puede manifestarse en actitudes como agresividad o desobediencia, ya que el perro podría sentir que tiene el mismo estatus que los humanos en la casa. Establecer límites claros, como no permitir que el perro suba a la cama, ayuda a reforzar el orden jerárquico y a evitar problemas de comportamiento.
Por otro lado, la calidad del sueño de los dueños también puede verse afectada si el perro duerme en la cama. Los perros, al igual que los humanos, se mueven mientras duermen, lo que puede interrumpir el descanso de los dueños.
Asimismo, algunos perros pueden sufrir de ansiedad o problemas médicos que los hacen moverse constantemente durante la noche, lo que provoca interrupciones en el sueño de los humanos. La falta de descanso adecuado puede tener consecuencias para la salud de los dueños, como fatiga crónica y mayor estrés.
Finalmente, permitir que el perro duerma en la cama puede poner en riesgo su salud. Si el perro tiene problemas articulares o de sobrepeso, saltar a la cama de forma repetida puede empeorar su condición. En resumen, aunque dormir con tu perro puede parecer una forma de estrechar lazos, los riesgos para la salud, el comportamiento y la calidad del sueño sugieren que es mejor mantener la cama como un espacio exclusivo para los humanos.
Cómo manejar la situación
Si tu perro ya tiene el hábito de dormir en tu cama y deseas cambiar esta dinámica, es importante hacerlo con paciencia. En primer lugar, asegúrate de proporcionar a tu perro una cama cómoda y acogedora en un lugar tranquilo.
Esta cama debe ser un espacio «positivo», asociado con momentos agradables como premios o caricias, para que tu perro aprenda a disfrutar de su propio espacio. Además, es fundamental establecer una rutina consistente y evitar ceder a la tentación de permitirle dormir en tu cama en ocasiones especiales, ya que esto puede confundir las reglas.
Utilizar refuerzos positivos también es clave. En lugar de castigar a tu perro, premia y elogia cada vez que se quede en su propia cama. Este tipo de refuerzo motivará a tu perro a mantener el nuevo hábito. Sin embargo, es crucial ser paciente y perseverante, ya que cambiar el comportamiento de tu perro puede llevar tiempo, dependiendo de su personalidad y los hábitos previos.
En conclusión, aunque compartir la cama con el perro puede parecer una forma tierna de fortalecer el vínculo, es importante considerar factores como la higiene, la jerarquía familiar, la calidad del sueño y la salud de ambos. Establecer límites claros y tener en cuenta las necesidades de todos los miembros de la familia contribuirá a una convivencia más armoniosa.